Eran las once y cuarto de la noche y David, al igual que todos los días, llegaba a su casa después de un largo e intenso día de trabajo en su oficina del centro, otro mileurista. Madrid llegaba a su único momento de media calma del día mientras el viento agitaba los árboles de la Castellana. La oscuridad se había echo con las calles de la capital española mientras David se tomaba el Gin-tonic (detrás de otro) de todas las noches. Aquel día no había sido un día mas. Se sentó en su sofá con un dolor intenso de cabeza. Intentó hacer memoria para dilucidar el motivo por el cual la cabeza estaba a punto de estallar. Procuró hacer memoria. Comenzó a ponerse pálido ya que no lograba recordar nada, ni siquiera lo que había almorzado, justo después de escuchar el último disco de El Fary. Un escalofrío recorrió su cuerpo al darse cuenta que ya no era consciente ni de su propio nombre, ni siquiera lo que hacía en el tercer piso de aquel bloque, sentado en ese sofá gris de cuero, con olor a pedo reserva del 97.
De repente sonó la puerta y todo su cuerpo se sobresaltó ante aquel sonido tan estridente. El timbre volvió a sonar y esta vez aún de forma mas intensa, como si Mónica Naranjo te cantase el sobreviviré al oído. Quien quiera que fuera estaba ansioso por encontrarse con nuestro amigo, que devorado por los nervios, salió por la ventana y caminó por la cornisa de puntillas por un estrecho saliente. Logró llegar hasta la ventana contigua, que casualmente se encontraba abierta. Entró y corrió hasta la puerta de salida y continuó corriendo escaleras abajo. Las escaleras se hacían interminables. Llevaba quince minutos bajando sin parar y parecía no avanzar. Allí pasaba algo muy extraño, algo así como escuchar un buen chiste de Chiquito...
Se encontraba protagonizando un capítulo de Expediente X, allí sólo faltaban Mulder y Scully. Lo que no sabía es que realmente se trataba de un sueño en el que se olvidaba de todo. Se pensaba David que iba a tener la suerte de evadirse de la que está cayendo en España, no señor, esto es de todos, compartamos los Donettes como buenos hermanos.
La vida es sueño... y los sueños, sueños son...
ResponderEliminarESTOY DE MINISORTEO: http://lamiradadeluci.blogspot.com.es
Eso, a compartir Donettes que están de vicio, ja ja ja. Un abrazo.
ResponderEliminarEs que la peor de las pesadillas parece la única vía de escape de lo que tenemos encima. ¿Cuándo se despertará David? A mí me intriga un montón saber quién estaba llamando al timbre con tanta insistencia
ResponderEliminar¡qué considerada la realidad, llamando al timbre! no creo que a David le guste lo que va a encontrar..
ResponderEliminarbesos,
Looks nice.
ResponderEliminarIt is nice to meet you! I will keep watching it in future,
one more thing,If you have a minute,
please check out my blog and follow me if you liked it. I'll appreciate it so much! Thanks!
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Mwaks!
~priscilla~
David es un tipo inteligente. Sabe que tiene un futuro más negro que los pezones de Beyoncé.
ResponderEliminarLucía eso dicen.
ResponderEliminarLobezna los Donettes aparte de buenos te consiguen amigos de conveniencia...
Besos.
Belkis a lo mejor escribo "David, el desenlace"
Besos.
Maslama no hay nadie que de mas miedo la realidad y que encima te persiga...
Anastasio tengo la sensación de que David se acordaba de todo y se hizo el longui.
Uffff menos mal que no abrió la puerta. Imagínate que el que llamaba era Rajoy con unas tijeras en las manos!!! Que miedo!!!
ResponderEliminarA veces a todos nos gustaría estar durmiendo y que esto no sea más que una pesadilla!
Un besote!!